2 de octubre de 2010

El Dios vivo, nuestro Dios



Miguel de Unamuno, "Del sentimiento trágico de la vida" Ed. Losada (Buenos Aires, 2008) VII p. 158

"... Dios, el Dios vivo, tu Dios, nuestro Dios, está en mí, está en ti, vive en nosotros, y nosotros vivimos, nos movemos y somos en Él. Y está en nosotros por el hambre que de él tenemos, por el anhelo, haciéndose apetecer. Y es el Dios de los humildes, porque Dios escogió lo necio del mundo para avergonzar a los sabios, y lo flaco para avergonzar a lo fuerte, según el Apóstol (I Cor., I, 27). Y es Dios en cada uno según cada uno lo siente y le ama. "Si de dos hombres -dice Kierkegaard-, reza uno al verdadero Dios con insinceridad personal, y el otro con la pasión de toda la Infinitud reza a un ídolo; es el primero el que en realidad ora a un ídolo, mientras que el segundo ora en verdad a Dios". Mejor es decir que es Dios verdadero Aquel a quien se reza y se anhela de verdad."

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