7 de octubre de 2010

El Abandono según Meister Eckhart (I)

Reiner Schurmann, "Trois penseurs du délaissement: Maître Eckhart, Heidegger, Suzuki" (1974). Traducción de Carolina Scotto para "Heidegger y la Mística" Ed. Paideia (Córdoba, Argentina 1995) pp.23-28.

El Abandono Ontólogico
Primera Parte: ESSE EST DEUS

Dios es; todo lo que no es Dios, no es. Esta oposición de Meister Eckhart debe ser entendida muy estrictamente, pues es la base de su ontología. "Todas las creaturas son una pura nada"1. La desemejanza entre lo creado y lo increado se declara total: sólo lo increado, Dios, es. "Creatura" designa un ente que sin cesar se recibe de otra parte; que de otra existencia ha recibido vida e inteligencia. No está en posesión de sí mismo, lo otro es su ser, él mismo es nada.

Lo que no posee el ser, es nada. Ahora bien, ninguna creatura tiene el ser pues este depende de la presencia de Dios. Que Dios se aparte un instante de todas sus creaturas, y ellas se anonadarán 2.


La doctrina aristótelica de la analogía había partido de la doble comprobación de que el hombre habla del ser en múltiples ocasiones y que los casos a los cuales esta palabra conviene, son múltiples. La analogía es la pieza maestra de la metafísica, porque permite organizar las numerosas maneras de hablar del ser y mostrar su unidad interna. No son irreductibles las unas a las otras. Aristóteles hablaba así del ser en una referencia "denominativa" a una acepción primordial. Cada vez que se emplea la palabra 'ser' se establece una relación, según Aristóteles, con la primera de las categorías, la substancia. Más tarde, en referencia a ésto, se hablará de unidad de orden o de la analogía de atribución. Entonces esta teoría será entendida como la relación entre el Creador y la creatura: así como los accidentes reciben el ser de la substancia en la cual participan, igualmente la creatura se vincula con Dios. En este tipo de analogía, uno de los dos términos es estrictamente primero. Dios posee en plenitud, y según un modo infinito, los atributos que la creatura se apropia según un modo derivado y finito. Esta racionalidad escolástica de la creación está directamente vinculada con la analogía llamada predicamental de Aristóteles. Permite reconocer en Dios las perfecciones observadas en las cosas: en el Creador y la creatura la perfección es la misma. Sólo su modo de ser no es idéntico. La ontología tomista permite afirmar la identidad de la perfección al mismo tiempo que la diversidad en la apropiación.

Éste último punto es el que Meister Eckhart niega radicalmente. El Ser es Dios: no hay, propiamente hablando, ser creado. La creatura recibe el ser como un préstamo, ze borge 3. Ella se alimenta de Dios. Pero mientras más come, es decir, mientras más ser recibe, más hambre tiene. "Quienes me comen tendrán aún hambre". Eckhart comenta: Edunt quia sunt, esuriunt qui ab alio sunt 4. Incluso limitado en un ente particular, el ser, así como todas las perfecciones trascendentales, siguen siendo perfecciones divinas, o mejor: Dios. No solamente cada trascendental, convertible en cualquier otro, es Dios, sino que lo es incluso en tanto que realizado en un ente finito, en diz und daz, "esto y aquello". La estructura del ser del ente no se mide con el ser que es Dios, sino que si identifica entre Dios y lo creado. Si el ser es Dios, no hay similitud por deficiencia y limitación, sino una pura y simple identidad. El ente en tanto que es, es Dios. A propósito del abandono [délaissement] antropólogico, tendremos que examinar esta teoría de la identidad y veremos en qué difiere de toda teoría panteísta. Eckhart no afirma, ciertamente, una consubstancialidad unívoca entre Dios y la creatura 5.

Así como "el ser es Dios", la justicia es Dios, así también lo son la bondad, la verdad, la sabiduría, etc. El ejemplo de la justicia es el más apreciado por él. "Quien comprende la enseñanza sobre la justicia y lo justo, comprende todo lo que digo" 6. ¿Que significa, en efecto, el calificativo 'justas' atribuido a muchas personas? La justicia en muchos justos no engloba a los justos a la manera de un género unívoco, no es abstraída de la suma de los sujetos. Tampoco es un concepto equívoco, que designa una cualidad puramente individual, diversa en cada ente e idéntica sólo nominalmente. La justicia, tal como Meister Eckhart la comprende, no es igual a una cualidad: ni abstraída de los sujetos ni dejada a su discreción y a su multiplicidad irreductible, ella los precede. No perfecciona a ningún sujeto sino que anonada a todo sujeto subsistente en sí mismo. "Si entonces los justos fueran varios en virtud de una justicia cada vez diferente, los justos serían justos de manera equívoca; o incluso la justicia se relacionaría con los justos de manera unívoca; pero he aquí que su relación (con los justos) es analógica, ejemplar y por preeminencia" 7. 'Analógica' porque la justicia opera una conformidad de todos los justos con la única justicia, y 'por preeminencia' porque la justicia permanece idéntica en Dios, de quien proviene, y en los justos. Del mismo modo que según Eckhart la luz ilumina el medio luminoso, pero sin que éste la retenga, así la justicia no se fija en el justo sino que permanece enteramente en Dios. Respecto de ésto, Gilson habla de imputación 8, concepto probablemente insatisfactorio 9; es en todo caso exacto insistir sobre el carácter efímero de este don que sobreviene in fluxu et fieri 10.

Se comprende que en esta doctrina de las perfecciones creadas, los acusadores de Eckhart hayan encontrado qué censurar. A sus ojos, ponía demasiado a la cuenta de Dios y nada a la de la creatura. En Tomás de Aquino la creatura conservaba una cierta consistencia propia. La palabra 'ens' designaba en primer lugar la substancia sensible; el ser creado, material, caía bajo la experiencia de los sentidos. Parejamente, la justicia, la bondad, etc., se decían ante todo de las creaturas justas, buenas. Para Eckhart, por el contrario, las cualidades de las creaturas son en realidad cualidades divinas hechas manifiestas en el mundo; no hay para él, rigurosamente, perfección propia en las cosas. La creatura en sí misma es nada. La Inquisición ha señalado esta afirmación de Meister Eckhart: "La bondad no es ni creada, ni hecha, ni engendrada, sólo es productiva y engendra al ser bueno" 11. El hombre bueno se refiere a la bondad como la creatura se refiere al Creador. La bondad "hace" al hombre bueno tal como el creador "hace" el mundo. La bondad es creadora como Dios. Ella es Dios. Eckhart dice de la justicia: "Los hombres justos toman a la justicia con tal seriedad que si Dios no fuera justo se preocuparían tanto por Dios como por un grano de haba" 12.

Así se aclaran las dos afirmaciones de las que hemos partido: "El Ser es Dios", "la creatura es nada". Que la creatura sea, no es de ningún modo asunto suyo. Ella es por completo asunto de Dios, al que señala a través de su ser, así como una corona de hojas de vid en la entrada de una taberna señala al vino 13, sin participación y por una relación estrínseca.

Dios ha infundido suficiencia y placer en las creaturas, pero la raíz de toda suficiencia y la esencia de todo placer, Dios la ha guardado en sí mismo... El sol ilumina el aire y lo penetra en su luz pero no hunde allí su raíz, pues cuando el sol ya no está, no tenemos luz. Así hace Dios con las creaturas. 14


La creatura recibe el ser como el aire recibe la luz del sol: "al pasar, pasivamente y en devenir" 15. Como la luz es conservada en el aire por el influjo indefectible del sol, asimismo el ser del ente es una continuación del acto creador de Dios que confiere el ser. La doctrina eckhartiana, comparada con la tradición aristotélica-tomista, se caracteriza por la fugacidad del ser prestad -evanescente como un rayo de sol en el aire- opuesto a la permanencia, la duración y la autonomía del ente analógico según la analogía de proporcionalidad. Tomás considera un modo de ser de la creatura, secundario en cuanto disminuido; Meister Eckhart un modo de atribución del ser divino, ulterior a Dios pero en absoluto disminuido. La analogía no significa, entonces, un modo de ser, sino un modo de presencia del único ser que es Dios. En tal ontología, el concepto de analogía trascendental pierde sentido. Una única e igual determinación se encuentra en todos los analogados: la perfección del primero 16. El ser es númerica y formalmente uno. Las perfecciones trascendentales en los analogados inferiores no alcanza nunca un modo propio; se puede llamar a esto un "engaño genal" 17. incluso un "monismo antropológico idealista y nazista" (sic) 18; se puede ver allí también la analogía de una dependencia dinámica en la cual lo increado posee todo y lo creado nada, excepto su hambre insaciable de Dios. Cualquiera sea la actitud que se prefiera, tres elementos hacen que en Meister Eckhart se trate de una auténtica doctrina de analogía: el ser en tanto que ser, así como todas las perfecciones trascendentales en tanto que tales, sólo se encuentran formalmente en uno sólo de los términos considerados, y el ente creado recibe el ser mismo, Dios; además de esas perfecciones la creatura no posee nada, es nada en sí misma y sólo existe por la manducación del esse increado; en fin, una dependencia tan radical sólo es comprensible en el contexto de una emanación o 'ebullición' continua de las perfecciones a partir de la fuente. Este último punto da la razón a quienes ven a Eckhart como un esencialista neoplatónico: ser, para él, significa ser algo. Y si por "ser" se designa a Dios, la creatura es necesariamente nada. Si "ser" designa la creatura entonces Dios será nada. La causalidad analógica entraña entonces una relación exterior y contradictoria: exterior puesto que ella no echa realmente raíces en lo creado, contradictoria porque el ser no puede sólo pertenecer a uno de los términos. "La analogía de atribución conviene a los místicos"19. Ella prohíbe al menos hablar de una jerarquía de grados de ser20. Por eso se pone como garante de la inmediatez entre Dios y el hombre.

El descubrimiento de la nada de la creatura constituye el primer paso en el desarrollo del pensamiento de Meister Eckhart. Se parece a las primeras estampas del relato Zen, por la decisión de saber lo que es el ser en general. Como el boyero, Eckhart descubre las huellas de lo que busca en la naturaleza:"Quien no conociera nada más que las creaturas no tendría ninguna necesidad de pensar en sermones, pues cada creatura está plena de Dios y es un libro"21. Y como en la historia de la vaca, la naturaleza conduce al buscador hacia sí mismo. "Quien ama a la creatura, ama la nada y él mismo llega a ser nada"22. La implicación moral de una ontología como ésta es seguramente violenta:

¡Ay, cuantos hay que adoran un zapato, una vaca u otra creatura, y esa es su única preocupación; qué insensatos son! Tan pronto como ruegas a Dios por el amor de las creaturas, oras por tu propio perjuicio; pues desde que la creatura es creatura lleva en sí amargura, pena, inquietud y penuria. Es por eso que está bien que la gente obtenga penuria y amargura. ¿Por qué? ¡Porque han rogado por eso!23.





NOTAS

Utilizamos las siguientes siglas para designar las obras de Meister Eckhart: DW, Die deutschen Werke (vol. I, II, V), herausgegeben im Auftrag Deutschen Forschungsgemeinschaft (Sttugart, 1936). LW- Meister Eckhart, Die lateinischen Werke, herausgegeben im Auftrag der Deutschen Forschungsgemeinschaft (Sttugart, 1936). PF- Franz Pfeiffer, Deutsche Mystiker des vierzehnten Jahrhunderts, t.2: Meister Eckhart, Predigten und Traktate (Leipzif, 1857 et Aalen, 1926).

1 Sermón Omne datum optimum DW, I, 69, 8-70, 1. Ver también el artículo 26 de la bula de la condenación de Meister Eckhart que retoma literalmente esta frase: In Agro Dominico, 27 de Marzo de 1329, traducido por Heinrich Denifle y Franz Ehrle, en Archiv für Literatur und Kirchengeschichte des Mittelalters, II, (1886); Gabriel Théry, Edition critique des pièces relatives au proces d'Eckhart contenues dans le manuscrit 33 b de la bibliothèque de Soest, en Archives d'Histoire doctrinale et littèraries du Moyen-Age, I (1926-1927), 184; por último, F. Pelster, "Ein Gutachen aus dem Eckehart-Prozess in Avignon", en Aus der Geistelwelt des Mittelalters, Festschrift Martin Grabmann (1935), p.1112.

2 Sermón Omne datum optimum DW, I, 70, 1-4.

3 Buoch der götlichen troestunge, DW, V, 37, 5.

4 Este es el texto completo: Notamdum etiam quod hanc naturam analogiae quidam male intelligentes et improbantes erraverunt usque hodie. Nos autem secundum varitatem analogiae intelligendo... dicamus quod ad significandum hanc veritatem analogiae rerum omnium ad ipsum deum dictum est optime: 'qui edunt me, adhuc esuriunt'. Edunt, quia sunt, esuriunt, quia ab alio sunt.Super Eccli. n.53, LW, II, 281 s.

5 H. Ebeling, Meister Eckharts Mystik (Sttugart, 1941), p. 204, defiende esta posición. Hay allí un desconocimiento de Meister Eckhart cuyos testimonios remontan hasta el roceso en Avignon ante la corte papal. Es verdad que en sus formulaciones a menudo paradojales, Meister Eckhart no siempre se ha cuidado de alejar este malentendido. Una correcta lectura de sus textos muestra, sin embargo, que el veredicto de panteísmo pronunciado en su contra carece de suficiente fundamento. Ver por ej. H. Holf, Scintilla animae (Lund/Bonn, 1952), la respuesta a Ebeling, pp. 133-146.

6 Sermón Iusti vivent in aeternum, DW, I, 105, 2-3.

7 Expositio Libri Sapientiae, citado por Lossky, p. 370, n. 166.

8 Étienne Gilson, History of Christian Philosophy in the Middle Ages (New York, 1955), p. 441: "Being is, so to speak, imputed to beings by God without ever becoming their own being, about in the same way as, in Luther's theology, justice will be imputed to the just without ever becoming their own justice".

9 Joseph Koch, "Zur Analogielehre Meister Eckharts", en Mélanges offerts à Étienne Gilson (Toronto/Paris, 1959), pp. 338-342.

10 Expositio Libri Sapientiae, n. 192, LW, II, 652.

11 Bonitas nec est creata nec facta nec genita sed tantum generans et generat bonum. Rechtfertigungschrift III, 1, art. 1 en Théry, 187. Eckhart defiende su tesis: "Dico quod verum est absolute et simpliciter", ibid., 187. Los principales textos de este debate han sido reunidos por Josef Quint en las notas que acompañan su publicación del Libro del consuelo divino. Amerkungen zu Bgt, DW, V, 62-67.

12 Sermón Iusti vivent in aeternum, DW, I, 103, 1 s.

13 Super Eccli, n. 52, LW, II, 280 s.

14 Sermón Beati qui esuriunt ey sitiunt justitiam, PF, p. 148, 9-26.

15 Communicat quidem (Scil. Lumen) ipsio medio quasi mutuo et in transitu per modum passionis et transeuntis et fieri, ut sit et dicatur illuminatum, non autem communicat ipsi medio lumen suum per modum radicati et haerentis passibilis qualitatis, ut scilicet lux maneat et haereat et illuminet active, absente corpore luminoso. Expos. in Ioanem n. 70, LW, III, 59. Esta teoría de la iluminación del aire está en contradicción significativa con la de Tomás de Aquino para quien el sol es causa de la luz, no solamente "in fieri", sino incluso "in esse", De veritate, q. 21, a. 4, ad 2m.

16 Joseph Koch, pp. 347-350, ha mostrado que esta doctrina puede reclamar antecedentes como Otto de Freising, Gilbert de la Porrée y Agustín.

17 M. Galvano della Volpe, Il misticismo speculativo di Maestro Eckhart nei suoi rapporti stoici (Bologna, 1930): "capziosità geniale".

18 C. Fabro, Participation et causalité selon S. thomas d'Aquin (Louvain/Paris, 1961), p. 581.

19 T. L. Penido, le rôle de L'analogie en théologie dogmatique (Paris, 1931), p. 40.

20 L. Aubenque, Le probleme de l'être chez Aristote (Paris, 1962), pp. 200-201, n. 4 escribe: "No es por un azar sino en virtud de la propia lógica platonizante que Meister Eckhart retomará una misma interpretación unívoca de la analogía, entendida como participación gradual en el Ser". Todo el esfuerzo de Meister Eckhart se dirige, por el contrario, en sentido opuesto. ¿Cómo se concilian estás líneas de Aubenque con el texto de Meister Eckhart Beati pauperes spiritu, DW, II, 493, 9.

21 Sermón Quasi stella matutina, DW, I, 156, 77-9.

22 Expositio Libri Sapientiae, n.34, LW, II, 354 s.

23 Sermón Mulier venit hora, DW, II, 25, 4-26, 2.

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